domingo, 17 de agosto de 2008

Volviste

Después de tanto tiempo. Después de tanto tiempo, vuelvo a extrañarte. Parecía como si te estuviese olvidando. Parecía como si ya te hubiese sacado por completo de mi mente. Pero al contrario, estabas más vivo que nunca en mi recuerdo. No sé cómo no pude saberlo. Otra vez volviste a mí. Volviste, como si nunca te hubieras ido. Es que en verdad, nunca te fuiste. Siempre estuviste presente en mi corazón, en todo lo que hacía, en lo que pensaba. En cada una de las decisiones que tomaba. Siempre te tuve presente. Siempre. No hubo excepción. Nunca. Y sabía, estaba acertada cuando me decía a mí misma, que no ibas a tardar en volver. Lo sabía, algo en mi interior lo decía. Y como siempre, estaba dispuesta a darte la bienvenida con los brazos abiertos. Nunca me costó verte volver. Nunca. Pero tampoco nunca percataste del daño irreparable que me causabas cuando te ibas. Nunca te importó dejarme sin razones. Dejarme ahí, sin saber siquiera por qué te ibas. Y ahora estás acá. Volviste. Más rápido de lo que imaginaba. De lo que suponía. No ibas a tardar en volver. Lo sabía.

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