viernes, 6 de junio de 2008

6 de noviembre de 1999


Hogweed: Estoy con las defensas bajas.
Clara14: Pobrecito.

Hogweed: Sí ... vas a tener que cuidarme , hermanita.
Clara14: Siempre te voy a cuidar, pero ¿quién te cuida de mí?
Hogweed: Mmm ... moriré contento.
Clara14: Bien, bien. No voy a matarte.
Hogweed: Haceme lo que quieras.
Clara14: ¡Entonces preparate!
Hogweed: Lo estoy. Yo diría que te prepares VOS.
Clara14: ¿Qué me vas hacer?
Hogweed: Si te digo pierde emoción.
Clara14: Buenisímo, amo descubrir.
Hogweed: Mmm .. tanto para descubrir ...
Clara14: Bueno, la próxima.
Hogweed: La próxima te enseño algo. Una muestra
Clara14: ¿Muestra de?
Hogweed: Muestra de lo que vendrá.
Clara14: ¿Qué vendrá?
Hogweed: ¡Pierde emoción si te cuento!
Clara14: Bueno, espero entonces. Pero no te arrepientas ¿eh?
Hogweed: Te puedo asegurar que no me arrepiento, por ahora. Detrás de los barrotes, veremos.

Finalmente, días más tarde se concretó el encuentro.
Alejo viajó a mi ciudad y nos encontramos a escondidas. Me parecía surrealista y divertido tener que esconderme como una vendedora de cocaína. No entendía que era tan grave salir con un tipo que me manejaba con astucia.
Les dije a mis padres que saldría con amigas y afortunadamente me creyeron. Ese 19 de noviembre Alejo me esperó dentro del auto. Subí en el twingo rojo y me saludó, me preguntó a dónde quería ir y contesté “no sé”. Mientras miraba el cielo de aquella noche, sentí que me perforaba con la mirada, giré y lo encontré sus ojos serios y fijos en mí. Se acercó y me dio un beso, el más dulce que recuerdo.
A continuación Alejo manejó sin rumbo, mientras me preguntaba reiteradamente si me sentía cómoda y si estaba bien. Cuando por fin, después de media hora de manejar, paró el auto estábamos en la puerta de su departamento de Avellaneda.
Confieso que me sentí un poco desubicada, sorprendida y por qué no desorientada. No tenía idea de qué estaba haciendo ahí, pero confiaba en ese hombre más que en mi misma y estaba segura de lo que él estaba haciendo. No podía hacerme daño, era mi hermanito.
Entramos en su departamento: prolijísimo, como si no viviese nadie adentro. Mesa, sillas, computadora, cocina, baño, un dormitorio y un balcón. Me acerqué hasta el balcón y contemplé la ciudad: ruidosa y desprolija. Me di vuelta y ahí estaba él, preguntándome si quería tomar algo. Cuando le dije que no, se acercó despacio hasta mí y me dio un beso que me hizo acelerar el corazón.
-Cielo, ¿querés ser mi novia?- me preguntó mientras me abrazaba y acariciaba.
-- le dije con el poco aliente que me quedaba.


Cielo Latini .
Abzurdah .

2 comentarios:

ANI GALAZ dijo...

Cielo Latini nació en La Plata, Argentina, el 14 de junio de 1985. Durante su infancia hasta su adolescencia asistió a diversos colegios: el Pedagógico, el Estrada, el Patris, el Eucarístico, ubicados en la Provincia de Buenos Aires. Simultáneamente estudiaba inglés y piano.

Laura dijo...

holaaaaaa
re lindo tu blog
te puse en mi listita de blogs
soy .ar/aburridadevos_

Lo que uno puede hacer por amor